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Cómo llegar a buenos acuerdos al compartir el cuidado del niño con la familia extendida

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Artículo por Carolina Harris

Camila y José son padres de una niña llamada Elisa de 3 meses . Han pasado este período  encerrados debido a la pandemia, sin embargo ya se están dando las condiciones para que algunos parientes más cercanos puedan tener mayor contacto con ella y también puedan hacerse cargo de algunas tareas de cuidado. Elisa es la primera sobrina y nieta en ambas familias de procedencia y  todos quieren demandar un tiempo para cuidarla, lo cual provoca muchos sentimientos encontrados en estos nuevos padres. Sienten que contar con redes de apoyo, les permitirá tener más espacio para ellos, pero al mismo tiempo, esto les provoca mucha ansiedad dado que todavía es muy pequeña. ¿Elisa llorará al cuidado de sus abuelos?. ¿Podré dormir una siesta sabiendo que los tíos podrán mudarla en caso de ser necesario?.   ¿Cómo hacer partícipe del desarrollo de un bebé a la familia extendida?. ¿Cómo compartir el cuidado?.

En esta nota, con familia extendida, queremos referirnos en primer lugar a las conexiones de parentesco que unen a distintas generaciones en la vida del niño. Son tíos, abuelos, e incluso, a veces, nuevas parejas estables de los padres en caso de una separación.

Además en la vida del niño  pueden existir  también otras figuras importantes con las que no existe un vínculo familiar , pero que de igual forma participan del cuidado con cierta frecuencia tales como amigos muy cercanos de los padres o incluso alguien que lo hace con cariño como parte de su trabajo; por ejemplo,  niñeras y  encargadas del trabajo doméstico que llevan muchos años en el hogar o que viven con la familia también.  Lo importante es que, esta nota se ajusta a orientar el cuidado compartido extensible a cualquier adulto de la confianza de los padres, que participa directa o indirectamente del cuidado de forma permanente, amorosa y respetuosa con las necesidades del niño.   

¿Por qué es importante el apoyo de la familia extensa y otros adultos en el cuidado?

La familia extensa es importante desde el rol social: cada familia es única y si bien existen muchos casos en los que es importante poner límites (ver nota: “la desafiante tarea de criar con el resto de la familia: cuando los límites generan desacuerdos pero estamos unidos por el amor) contar con una familia como una red de apoyo sólida es una gran ventaja para que los niños pequeños aprendan a socializar con otros seres queridos que puedan mostrarles el mundo con otras perspectivas y patrones generacionales . Así, la familia extensa promueve el enriquecimiento recíproco de las relaciones, compartiendo  distintas visiones del mundo,  expandiendo los niveles de tolerancia y aprendiendo a coexistir con distintas formas y  distintos límites.

Otro beneficio es el apoyo a la parentalidad desde el cuidado compartido, es decir, que otros cuidadores dentro de la familia extensa puedan hacerse cargo cuando alguno de los cuidadores principales necesita destinar tiempo para alguna actividad como el trabajo o un descanso en las tareas del cuidado, para poder recargar energías en la desafiante tarea de criar.

Por último, que la familia extensa esté implicada en el cuidado puede promover en el niño el sentido de pertenencia y la estabilidad en las relaciones, a diferencia de otras relaciones que por un motivo u otro, pueden variar, ir y venir en el tiempo (como sus profesores o algún amiguito del jardín).

Sin embargo, a pesar de los enormes beneficios de involucrar a otros adultos significativos en la vida del niño, es importante que exista una coordinación previa para evitar malentendidos y grandes inconsistencias, que a veces perjudican la relación entre los adultos o no nos llevan a tomar las decisiones más adecuadas para las necesidades del niño.

                                             ¿Cómo acordar el cuidado?

  1. Claridad en los roles e implicación en el cuidado: Lo primero es que es importante distinguir las diferencias entre involucrarse en el cuidado e involucrarse en la crianza: Si bien el cuidado puede ser delegable a algunos cuantos familiares de confianza; las decisiones relevantes de la vida de ese niño son tomadas en común acuerdo en la coparentalidad (ver nota: crianza compartida: el nuevo factor protector de la crianza) es decir, entre sus 2 o máximo 3 cuidadores principales, siendo generalmente los padres. Asimismo, hay que comprender que pueden existir diferencias en los roles y en las implicancias, dependiendo también del tipo de familia: los roles de cuidado pueden ser más intensos y frecuentes en una familia en la que viven en una misma casa distintas generaciones de mujeres (abuela, madre, tía e hija) o donde la responsabilidad principal recae en algún otro familiar por ausencia o fallecimiento del padre o de la madre  que en el caso de un abuelo o tía que se ofrece de baby-sitter con cierta regularidad.

 

  1. Es importante  definir los horarios y la frecuencia de ayuda de antemano, en equilibrio y considerando la disponibilidad del familiar:  Acordar horarios y días en que tanto los padres como el resto de la familia puedan sentirse cómodos en el cuidado, según la disponibilidad real. Esto implica avisar o pedir con anticipación para que el familiar pueda organizarse con tiempo, respetar los compromisos y su capacidad de hacerse cargo (no es lo mismo pedir ayuda para cuidar a un niño  una tarde que a tres niños todo un fin de semana). Además, aunque para la mayoría de los familiares la principal recompensa de estar implicados en el cuidado es poder estar presentes en la vida del niño, es importante considerar que pueden tener otras actividades y compromisos, por lo que estas solicitudes deben ser en equilibrio con sus tiempos  y nunca reemplazar la crianza de sus cuidadores principales.

 

  1. Establecer en conjunto un plan de acción en caso de alguna emergencia: es decir, prever con anterioridad qué situaciones hipotéticas pueden ser abordadas por los mismos cuidadores, en qué casos llamar a los padres, o cuáles son las que implicarían llamar de inmediato a un centro asistencial. Las emergencias ocurren todo el tiempo.

Por último, siendo la familia extensa por definición un grupo amplio y heterogéneo, donde con distintas mentalidades es esperable que puedan surgir algunas diferencias en la forma de cuidar. Lo importante es velar para que ésta sea siempre  un referente positivo para nuestros niños  en su función de pertenencia, de apoyo, cuidado y experiencia segura del mundo.