Bebés 0-1 año

Todo sobre la piel de los recién nacidos

Cuidado

 

Su contextura más delgada, la menor cantidad de vellos y la debilidad entre las uniones de sus capas, son características propias de la piel del bebé que las hacen más susceptibles tanto a infecciones bacterianas como a traumatismos.

La piel de los recién nacidos siempre causa intriga entre padres. Sin duda se trata de un elemento muy diferente a la de los adultos.

Asimismo, las glándulas sebáceas de la piel de los bebés producen menos secreción que los niños más grandes y tiene una reactividad vascular aumentada. Aunque es más sensible a irritantes externos, posee una reacción menor a alérgenos de contacto.

Producto de todas estas características, se deben tener cuidados especiales en la piel de los recién nacidos. No obstante, existen circunstancias extrañas, pero normales y que no deben preocupar mayormente a los padres:

Vérnix Caseoso: al nacer, están cubiertos por esta capa de grasa protectora que recubre la piel del bebé para evitar que se reblandezca debido al contacto directo con el líquido amniótico, tiene propiedades antibacterianas.

Lanugo: es un vello fino, suave y claro que cubre la espalda, los hombros y la cara. Luego de las primeras semanas es reemplazado por vello y pelo terminal en el cuero cabelludo.

Descamación de la piel: es fina y discreta, localizada o generalizada. Se inicia después del día y medio de vida. Desaparece espontáneamente a las 2 ó 3 semanas.

Ictericia: coloración amarilla de la piel, mucosas y parte blanca de los ojos (esclera), debido al aumento de la bilirrubina en la sangre. Por lo general, se inicia al segundo día de vida y alcanza su máxima actividad al cuarto día, desapareciendo en forma gradual entre los días diez y quince. Avanza desde la cabeza hacia los pies. Los especialistas aconsejan poner atención en este progreso y en los niveles de bilirrubina ya que podrían significar problemas en el hígado u obstrucción de la vía biliar.

Millium o Milia: quistes de color blanco perlado o amarillento, que aparecen frecuentemente en las mejillas, frente y mentón. Las lesiones pueden ser únicas o múltiples. Aparecen en casi el 40% de neonatos y se disipan en forma espontánea en las primeras semanas.

Ampollas de succión: lesiones en la mano, muñeca o brazos, llenas de un líquido claro o abiertas y en proceso de curación. En observaciones de fetos in útero por ecografía, se ha constatado que el feto succiona frecuentemente y que puede hacerlo sobre sus manos o antebrazos. No se precisa tratamiento. Generalmente, luego del nacimiento y en periodo de lactancia esta lesión aparecerá al medio del labio superior del bebé.

Lesiones cutáneas benignas transitorias del recién nacido menos comunes:

 

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